Verdes valles, inmensas montañas, infinitas playas y espectaculares acantilados describen una de las provincias más bellas del norte de la Península Ibérica.
Su capital es Donostia-San Sebastián, en la que la arquitectura moderna y la tradicional se dan la mano. Ciudad de largos paseos junto al mar y de gastronomía incomparable, en la que es obligado detenerse para degustar sus innumerables pintxos. El arte más vanguardista se refleja en el Palacio Kursaal, donde se celebra el famoso Festival Internacional de Cine.
A pocos kilómetros, en plena costa, destacan localidades como Hondarribia, Zarautz, Zumaia, Getaria, todas ellas con largas playas inmersas en la naturaleza y puertos pesqueros, que surten del mejor pescado los afamados restaurantes gipuzkoanos.
El interior de la provincia esconde rincones de belleza natural, como los Parques Naturales de Aiako Harria y de Aralar, y tesoros artísticos como la ermita de La Antigua en Zumarraga, la basílica de Loiola en Azpeitia y el santuario de Arantzazu, patrona de la región.