Tribuna de Santiago Barna Vera Gastronomía, Silicon Valley, Gipuzkoa y competitividad publicado en El Diario Vasco el 17.11.13
28/11/2013
Gastronomía, Silicon Valley, Gipuzkoa y competitivida
Santiago Barba Vera. Empresario
Un entorno favorable, un “microclima” especial hacia un sector o grupo de sectores hace fluir las ideas, el producto y la innovación. Esta es la conclusión que saqué de la evolución de la cocina en el congreso San Sebastián Gastronomika
Es también la razón detrás de Silicon Valley, donde se creó hace tiempo un entorno muy favorable a la innovación, la creación de empresas, el desarrollo, el apoyo a emprendedores, la búsqueda del futuro, la colaboración con la universidad…. El resultado salta a la vista (Apple, Microsoft…). Los entornos acogedores y competitivos que miran lejos generan el fluir de la I+D+i, los nuevos proyectos y los nuevos empleos.
En otros entornos allende los mares, curiosamente gustan en Euskadi, el estado controla todo, se crea un entorno nocivo y viciado para el desarrollo y una inmensa estructura de subsidios para los afines al régimen. El resultado… países ricos que han de importar hasta alimentos por haber matado todo tipo de iniciativa.
Estaba en esto cuando salta la noticia de FAGOR. Podemos lamentarnos o podemos pensar en cómo crear un nuevo entorno para lograr salir adelante. Si el grupo cooperativo ha llegado a donde está es por la fuerza de su gente, por las bondades del modelo y porque en un momento se generó en Gipuzkoa un entorno favorable para su desarrollo; alguien se atrevió a hacer cosas diferentes y logró hacerlas.
En Gipuzkoa, hemos tenido durante muchos años un ambiente viciado por el terrorismo, ahora que ya no lo tenemos hemos de ser capaces de generar un entorno de competitividad muy atractivo para las empresas, sus empleados, la creación de empleo y negocio; que atraiga talento y esfuerzo. Lamentablemente, creo que no estamos en ese camino sino en el contrario. El entorno, el microclima gipuzkoano, está tan viciado, tan falto de ideas y acción que es el momento de abrir las ventanas y dejar que entre aire.
Es el momento de aprovechar la crisis post FAGOR (y el efecto arrastre que va a generar) para crear un nuevo entorno que resuelva muchas de las ineficiencias que tenemos.
La competitividad es clave, en cualquier modelo de empresa, si una empresa no es competitiva acaba por caer y arrastrar a los demás. La competitividad no es necesariamente salarios bajos, pero si es necesariamente valor añadido alto, flexibilidad, capacidad de adaptación, de investigación y de pensar diferente en un entorno en cambio constante.
No podemos pensar que “sin hacer mudanza las cosas se van a arreglar”, es el momento de hacer cambios, o los hacemos entre todos o la situación irá a peor.
Algunas ideas que se me ocurren para crear un microclima positivo que atraiga y no expulse:
- Crear un esquema institucional que no vea a la empresa y sus gestores como enemigos sino como colaboradores, que piense en que la participación y la colaboración da siempre más frutos que la confrontación.
- Definir un auténtico plan anticrisis, agresivo y comprometido. La Diputación ha perdido, por decisión propia, su papel de referente para la empresa y debe recuperarlo.
- Cambiar los modelos actuales de negociación colectiva arcaica –hace años que esta se limita a “evolución del salario y reducción de horas”- por marcos de colaboración entre trabajadores y empresarios, acuerdos flexibles que permitan crear y estabilizar el empleo, que permitan participar en la evolución y que fomenten la cultura del esfuerzo, la generación de valor añadido y la competitividad.
- Desarrollar una autentica colaboración entre Universidad y Empresa. La universidad es hoy un mundo que piensa mucho en Bolonia pero poco en la empresa y el desarrollo que necesita el país. La empresa por su parte no ve a la Universidad como aliado estratégico.
- Aprovechar todas las potencialidades de nuestro Concierto Económico para desarrollar, de verdad, una estructura fiscal competitiva y atractiva para la generación de empleo, de I+D+i, de conocimiento. Usarlo solo como sistema de incremento de recaudación, y no como motor de generación de valor, es un grave error.
- Subir el nivel político. Ha caído tanto en los últimos años, en las formas, en el lenguaje, en las miras de futuro que todos los proyectos importantes o se han jibarizado o ya no existen. Gipuzkoa carece de líderes políticos capaces de ilusionarnos y embarcarnos en la búsqueda de un futuro mejor.
Si hace 50 años se fue capaz de crear un microclima que fomentara el nacimiento de Mondragón, hoy estamos obligados a crear un microclima que haga de Gipuzkoa un territorio con alto I+D+i y mayor generación de valor añadido. Vivimos en una tierra amante del esfuerzo, la generación de riqueza, el trabajo y la colaboración; saquemos lo mejor de todos para crear un nuevo entorno.
Lo que pido a nuestros políticos es que lideren un cambio real y urgente para “pensar en grande”, para crear un nuevo entorno, competitivo y amable con la empresa, el I+D+i y el empleo del que sentirnos satisfechos en el futuro.