Protección de la salud y la seguridad de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición a campos electromagnéticos
El 29 de julio se publicó el Real Decreto sobre la protección de la salud y la seguridad de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición a campos electromagnéticos, que transpone el contenido de la Directiva 2013/35/UE del Parlamento Europeo y del Consejo de 26 de junio de 2013.
La norma establece una serie de disposiciones mínimas que tienen como objeto la protección de los trabajadores contra los riesgos que para su salud y su seguridad puedan derivarse de la exposición a campos electromagnéticos. En particular:
- Establece disposiciones encaminadas a evitar y reducir la los riesgos derivados de la exposición a dichos campos, eliminándolos en su origen o reduciéndolos a su nivel más bajo posible.
- Cuando se superen los niveles de acción pertinentes, se regula la obligación de elaborar un plan de acción que incluya medidas técnicas u organizativas destinadas a evitar que la exposición supere determinados límites.
- Fija los valores límite de exposición y niveles de acción, a los que los trabajadores nunca deberán estar expuestos y cuya no superación se deberá demostrar mediante la correspondiente evaluación de riesgos.
- Prevé la obligación de la empresa de realizar una evaluación de los riesgos que se deriven de los campos electromagnéticos en el lugar de trabajo, realizando, si fuera necesario, mediciones o cálculos de los niveles de aquellos.
- Recoge la necesidad de información y formación a los trabajadores, así como el derecho a participar y ser consultados sobre esta materia de conformidad con la Ley de Prevención de Riesgos Laborales.
- Establece disposiciones en materia de vigilancia de la salud específicas con relación a esta materia, e introduce ciertas excepciones a la superación de los valores límite en determinados supuestos concretos.
Con esta norma se completa la regulación sobre las disposiciones mínimas de salud y seguridad relativas a la exposición de los trabajadores a los riesgos derivados de agentes físicos, puesto que el resto de los agentes (ruido, vibraciones y radiaciones ópticas) ya cuentan con regulaciones específicas.