«Si eres empresario haces lo que te gusta pero debes saber vivir con dificultades»
02/03/2014
Empresarios. Fernando Lorente. Director General del grupo i68. Conocer desde pequeño el lado más duro de ser emprendedor no le frenó para crear su empresa en cuanto vio la posibilidad. De eso hace ya 29 años
«Cerca del 40% de los profesionales de la empresa tiene ya algún tipo de participación en el capital»
Cuando una entra en el despacho de Fernando Lorente dan ganas de hacerle muchas preguntas, muchísimas, y ninguna relacionada conla empresa que dirige.
Recuerdos de países lejanos y culturas ancestrales, y guiños a aficiones y a una vida personal muy vi vida rompen aquí y allá la frialdad del ambiente que, por lo general, impera en las empresas dedicadas a la informática y a las nuevas tecnologías.
Fernando Lorente preside un grupo empresarial dedicado a crear software de gestión para empresas y que, con el cortísimo nombre de i68, fue la primera unidad de I+D del sector de las tecnologías del PaísVasco. Lorente dio vida a esta firma junto a tres profesionales hace casi 29 años y en breve la dejará en manos de una nueva generación.
– Una empresa de casi 29 años de vida y todos con resultados positivos. ¿Le cambia eso a uno?
No, no. Esta es una empresa en la que hemos trabajado mucho y bien y además hemos tenido suerte, pero mi vida no es una vida de lujos si lo preguntas por eso, en el sentido de que sigo siendo el de siempre, viviendo en el mismo piso de hace 27 años, en el mismo barrio del Antiguo, tengo los mismos amigos, las mismas costumbres y hago cosas normales. Hay que tener en cuenta que, aunque seamos una empresa que ha tenido éxito, los beneficios están fundamentalmente reinvertidos en la propia empresa, en más y mejor tecnología, en pagar las instalaciones, en crecer y desarrollarnos…
– ¿Cuánto se reinvierte?
– Sólo en I+D, por ejemplo, más de un millón de euros al año, cerca del 20% de nuestra cifra de facturación. Es una necesidad de nuestro sector, ya que competimos contra gigantes como Microsoft u Oracle, así que reinvertimos en I+D desde siempre.
«Desde siempre» nos remonta al año 1985, cuando se constituyó i68, aunque la historia de Fernando Lorente comienza bastante antes. Tal vez cuando, con una americana y una corbata, «y sintiéndome como muy importante», como recuerda él con cariño, se dirigía a trabajar a Suministros Eléctricos Easo al frente del sistema informático de la empresa. Tenía 20 años. Aunque era la primera vez que estaba al frente de una pantalla desarrollando un programa informático para una entidad, no era su primera vez en el mundo laboral. Con 16 años, una vez terminado el bachiller, se había puesto a trabajar en el pequeño negocio textil que regentaban sus padres en Errenteria. Las noches las dedicaba a sacarse ingeniería técnica –peritaje–, y el tiempo restante intentaba divertirse, «porque todo en la vida es importante, también lo personal » , apunta. No fue hasta cumplir 27 años cuando se encontró ante la tesitura de hacerse autónomo o trabajar por cuenta ajena. Y la primera opción fue la vencedora. Los siguientes siete años los pasó trabajando desde su casa en la que fue la gestación de la empresa que formaría después.
– Muchos empresarios resulta que son también hijos de empresarios.
– En mi casa siempre hemos mamado esa cultura de ser autónomo, emprendedor o empresario, como quieras llamarlo, y que en realidad se traduce en la libertad para trabajar en lo que nos gusta y saber vivir con dificultades, no con la vida cómoda. Un autónomo vive entre mal y peor. Yo he visto a mis padres arruinarse varias veces y salir adelante otras tantas. Pero tenía una formación, una cultura familiar y era el momento.
– Y dentro de dos años se retira, ¿cómo afronta la jubilación?
– Con absoluta normalidad. Aunque, seguramente, porque englobado en esa palabra, la de jubilado, no me veo. En vez de cómo jubilado yo prefiero decir ¿cómo me veo con doce meses de vacaciones al año? Esta sería la pregunta, porque yo me veo con doce meses de tiempo libre para viajar, para estar algo más con mis dos nietos, que los disfruto un montón, para hacer deporte, que todavía hago surf, kayak, snowboard, esquí... Aprovecharé el tiempo para estar un poco más con la familia y hacer cosas que me interesen y que no he podido hacer. Además yo soy muy curioso, me gusta conocer y, de hecho tengo ya un programa de vacaciones interesante que espero cumplir.
– Imagino que la dinámica de una empresa que tiene que innovar continuamente acaba influyendo en la manera de ser
. – Aquí tienes que estar permanentemente formándote y avanzando y eso te crea una inercia, sí. En un sector como el nuestro es muy importante, además de la formación avanzada, la innovación, el marketing y, por supuesto, el enfoque al cliente, que es quien nos paga el sueldo, y no la empresa, que a veces confundimos una cosa con otra. Estos serían los pilares de i68, además de la gestión de las personas.
–La gestión aquí se sale de lo habitual.
– Sí. Mira, ahora que se está hablando tanto de esto, decirte que coincidimos al 125% con el planteamiento que está trasladando últimamente Adegi sobre implantar una nueva cultura de participación en la empresa... Al 125% y no al 100% porque todavía vamos un paso mas allá.
– ¿Qué quiere decir?
– Coincidimos en que las personas deben participar en la empresa desde el punto de vista de tener información clara y veraz, y así lo hacemos. Además coincidimos también en que tiene que haber participación en la gestión y, de alguna manera, pretendemos que todos nuestros profesionales hagan aportaciones, como grupos de mejora, de innovación, ...
También aplicamos la participación en los resultados, con sistemas de retribución variable en función de lo que gane la empresa y, el elemento donde nosotros vamos más avanzados sería en el tema de la participación en la propiedad, en el capital. En este momento cerca del 40% de los profesionales tienen ya algún tipo de participación en el capital de la empresa. Cada uno participa en función de lo que quiere y puede, como las consultoras americanas. Es un modelo de todos y para todos, que mejora la competitividad y por tanto la contabilidad. Y si hay mejores resultados eso va en beneficio de todos. El sistema está abierto a que la gente se implique comoquiera, y eso hace que, de alguna manera, la gente se haga un poquito empresaria y tenga un poco más de compromiso con la empresa y al revés. Al final es navegar todos en el mismo barco.