Intervención del Presidente de Adegi en la rueda de prensa de coyuntura económica, 2 octubre 2014
02/10/2014
Bienvenidos a esta rueda de prensa de presentación de la encuesta de coyuntura que Adegi ha realizado a las empresas de Gipuzkoa, para conocer cómo están, cómo valoran la coyuntura económica y cómo encaran el fin de año.
Como saben, Adegi realiza tres encuestas de coyuntura al año, en febrero, en mayo y en octubre, que después presentamos ante ustedes.
En febrero les dijimos que veíamos signos débiles de mejoría económica en Gipuzkoa y en mayo les trasladamos que mejoraba la confianza.
Hoy, a la vista de los resultados de la encuesta, podemos afirmar que la economía guipuzcoana avanza lentamente, si bien se resiente y padece las consecuencias del estancamiento europeo. En todo caso, nuestra previsión para el conjunto del 2014 es que la economía guipuzcoana crecerá como mucho un 1,0%.
Según la encuesta que les presentamos, la confianza empresarial continúa mejorando; la facturación media crece un 2,5%, y tanto las ventas interiores como las exteriores se incrementan, si bien moderan su ritmo de crecimiento.
El 87,5 % de las empresas logran mantener o aumentar su nivel de pedidos. Pedidos que si bien crecen un +2,8% respecto al trimestre anterior, pierden algo de dinamismo. No obstante, casi la mitad de las empresas consideran que su nivel de pedidos sigue siendo débil.
Los datos de la encuesta recogen un nuevo avance de la utilización de la capacidad productiva que alcanza el 81,5%, el mayor desde septiembre 2008; vemos una estabilidad en las previsiones de empleo de las empresas, que si acaso podría reducirse ligeramente por motivos de estacionalidad.
Mejora la financiación empresarial, la debilidad de la economía española continúa siendo la principal preocupación de las empresas y aumenta la preocupación por la economía internacional, especialmente por el estancamiento de Europa, la debilidad de los países emergentes, así como las incertidumbres geopolíticas.
Además, como hacemos periódicamente, en esta encuesta hemos preguntado a las empresas, qué demandan a las administraciones, cómo valoran su apoyo a la empresa y que valoración hacen del marco fiscal empresarial en Gipuzkoa.
Las empresas demandan la reducción de la fiscalidad empresarial, la reducción de las cotizaciones sociales y la creación de confianza.
Sólo el Gobierno Vasco aprueba por su apoyo a la empresa, mientras que la Diputación Foral de Gipuzkoa es la institución peor valorada en este apartado.
En cuanto al marco fiscal empresarial en Gipuzkoa, el Impuesto sobre la Riqueza y las Grandes Fortunas es el peor valorado por las empresas.
Tienen los detalles de los datos en la nota de prensa y los gráficos que la acompañan.
Después de seis años de larga y dura crisis económica, somos todavía un 6% más pobres que en 2008, la producción industrial ha caído unos 30 puntos, hay 35.000 personas menos trabajando y casi 2.000 empresas han tenido que cerrar sus puertas. Desde este suelo afirmamos que la economía guipuzcoana avanza. Ahora bien,el camino que nos queda es largo y complicado.
El avance de nuestro territorio pasa por la creación de riqueza y empleo por parte de las empresas. Empresas que van a tener que ser cada vez más competitivas. Gipuzkoa para avanzar necesita a sus empresas, a todas las empresas, grandes, medianas y pequeñas.
Son las empresas las que crean empleo. El 85% de los guipuzcoanos trabaja en empresas privadas que luchan por mantener los empleos, a pesar de las dificultades.
Pero no lo olvidemos, me lo han oído muchas veces, no hay empresas sin empresarios. No habrá creación de empleo sin empresas y empresarios.
Una medida que favorece a la empresa es una medida que favorece al país entero. Las empresas están integradas por los empresarios y el conjunto de los trabajadores de la misma que luchan por mantenerla viva. Por eso lo que es bueno para la empresa es bueno para el país y lo que es malo para la empresa es malo para el país.
Son las empresas las que crean riqueza. Comparado con la media de la UE 28, los datos de finales de 2013 señalan que el PIB de Gipuzkoa es un 30% superior a la media; que gastamos en I+D el 2,71% del PIB frente a la media europea del 2,07% y que tenemos una tasa de paro del 13,8% frente a la media del 10,2% en Europa tras el peor año de la crisis.
Además, Gipuzkoa mantiene una economía en la que la industria supone el 25% del PIB, frente al 19% de la UE. Una economía, además, abiertamente exportadora, en la que las exportaciones suponen el 33,5% del PIB, lo que la sitúa entre las más dinámicas de Europa.
Todo ello ha sido posible por una clara apuesta de Gipuzkoa durante décadas por la industria y la empresa, que ha permitido alcanzar estas altas cotas de bienestar que la crisis que estamos padeciendo estos últimos seis años está poniendo en serio riesgo. De hecho el peso de la industria en la economía es menor cada año, a pesar de situarse entre las más altas de Europa.
Por ello hoy más que nunca debemos reivindicar a la empresa y la industria. Una industria competitiva de alto contenido tecnológico y basada en el conocimiento de las personas.
Porque son las empresas las que favorecen que la tecnología y el conocimiento se transformen en riqueza y empleo. Estamos convencidos de que un país sin tecnología ni conocimiento y sin empresas competitivas, es un país en gran peligro ya que da la espalda a su futuro.
Cualquier país o territorio de éxito al que miremos tiene un alto desarrollo tecnológico, un excelente conocimiento y un tejido empresarial relevante que consolida su futuro. Porque en definitiva, la tecnología y el conocimiento para que se transformen en riqueza y empleo requieren de un potente entramado empresarial competitivo.
Crear, innovar, producir, invertir, reinvertir, lanzar nuevos productos y servicios, es lo que nos motiva y nos hace mirar al futuro con esperanza.
La competitividad es la primera palanca para construir el futuro. La competitividad de nuestras empresas debe ser el alfa y omega de nuestra actuación, política, económica y social. Es esta competitividad la que hace posible el crecimiento y el empleo. Sin empresas competitivas y fuertes, no hay economía sólida ni futuro posible. Esto que se comprende en todos los países avanzados del mundo, a veces, es un tema discutido entre nosotros.
Ya es hora de que rompamos con nuestra visión ingenua y a veces llena de prejuicios ideológicos sobre la economía, los negocios, los empresarios y las empresarias.
Vivimos en una economía de mercado, en un mundo globalizado; algunos lo niegan, no lo quieren ver pero es la realidad y Gipuzkoa no puede ser una excepción.
Las empresas vivimos esta realidad cada día con nuestros clientes, nuestros proveedores o competidores. Padecemos las consecuencias de competir en unos mercados globales, a la vez que tratamos de aprovechar las oportunidades de la globalización.
Todos hablamos de crecimiento y empleo. Todos estamos de acuerdo en que el empleo es el principal problema que enfrentamos. Pero hay que explicar de dónde va a venir, porque ese crecimiento y empleo del que todo el mundo habla no cae del cielo como la lluvia. Debe ser construido y creado.
Son las empresas el motor del desarrollo económico de nuestras sociedades, y tengámoslo presente, las que ayudan a financiar en una parte muy significativa lo público, nuestra esfera social, a la que de manera genérica denominamos estado de bienestar.
Así que hay que repetirlo una vez más: lo que es bueno para la competitividad de las empresas es bueno para el empleo, bueno para nuestros empleados, es bueno para lo público, es bueno para lo social, en definitiva es bueno para Gipuzkoa.
Los retos de competitividad a los que nos enfrentamos son oportunidades de crecimiento extraordinario. Si queremos mantener las cotas de bienestar que hemos alcanzado está claro que hay que apostar por una industria tecnológicamente avanzada, capaz de generar productos y servicios de alto valor añadido. Sabemos de la dificultad del reto y del amplio margen de mejora que tenemos.
Como muestra un botón dice el dicho, en este caso dos botones, dos datos que muestran ese margen de mejora.
El mes de julio el Gobierno Vasco informaba sobre los datos de la prematricula en la Formación Profesional. Según los mismos, el 70% de las plazas de ciclos relacionados con la industria –casi 1.600–, de una alta empleabibilidad, se han quedado libres.
Hace tres semanas leímos en la prensa que según la UPV trece títulos de ingeniería no han logrado llenar sus aulas, a pesar de la alta inserción laboral de la que disfruta esta profesión.
Si tenemos claro, y nosotros lo tenemos, que hay que apostar por una industria tecnológicamente avanzada, capaz de generar productos y servicios de alto valor añadido, tenemos un amplio margen de mejora para alinear los esfuerzos de la red de ciencia y tecnología así como de la universidad y el entorno educativo con la empresa, para lograr dicho objetivo. Los datos son elocuentes.
Además de reforzar la competitividad en Gipuzkoa, tenemos que recuperar la confianza. Es esencial, pero sin duda lo más complicado, porque la confianza como bien sabemos cuesta crearla pero puede desaparecer rápidamente. Las empresas en la encuesta demandan la creación de confianza.
La confianza deriva en primer lugar de la visión de quienes gobiernan el territorio en relación con las empresas y los empresarios, el motor económico del territorio. Que para las empresas la Diputación sea la institución peor valorada y que demanden la reducción de la fiscalidad empresarial es clarificador del nivel de confianza que tienen.
Como lo es que el Impuesto sobre la Riqueza y las Grandes Fortunas sea el peor valorado. Los 49 empresarios que según la Diputación han trasladado su domicilio fiscal a otros territorios el primer semestre de 2013 son la confirmación de lo que decimos.
La restauración de la confianza requiere que el discurso sobre la empresa que se menciona al principio de este documento lo hagan suyo los agentes políticos, institucionales y sociales, y se traduzca en medidas concretas.
Teniendo en cuenta cómo está nuestro territorio, tenemos que analizar las palancas de las que disponemos para crear puestos de trabajo y promover un entorno de confianza para invertir y contratar.
En ocasiones, todavía razonamos con los patrones heredados de una época anterior a la globalización en el que el crecimiento era predecible y lineal, competíamos con media docena de países, el progreso técnico era constante e incremental.
Pero el mundo ha cambiado:
- El crecimiento hay que ir a buscarlo, los mercados hay que conquistarlos todos los días y sufren altibajos constantes
- Ahora las empresas guipuzcoanas para vender sus productos y servicios compiten con empresas de todo el mundo.
- Gipuzkoa como territorio compite con infinidad de países en términos de atractividad, con su fiscalidad empresarial, su clima laboral, en materia de investigación y ciencia o con las condiciones de vida que ofrece.
- El progreso técnico es impredecible, disruptivo y evoluciona muy rápidamente.
- Somos parte de Europa y la integración europea está en nuestro futuro. No podemos ir en la dirección contraria a lo que se hace en Europa, si queremos ser atractivos
Y estos cambios se están acelerando y crecen.
Estos cambio exigen que los distintos agentes sociales, económicos e institucionales, evolucionemos en nuestras prácticas, en nuestra manera de gestionar y en nuestros esquemas mentales.
La empresa, por ejemplo, debe hacer esfuerzos por implicar más y mejor a sus trabajadores en las decisiones estratégicas de la empresa con mayor transparencia, comunicación y participación, haciendo de la empresa un proyecto compartido.
Está en el ADN de los guipuzcoanos avanzar, proponer, actuar, porque para poder crear empleo, riqueza y bienestar, quedarse quieto, ser pasivo, petrificarnos en nuestros prejuicios, no es ni eficaz ni eficiente.
Cuantas más empresas y empresarios haya en Gipuzkoa, más puestos de trabajo y riqueza habrá. Debemos regenerar un ecosistema que permita que las energías, las iniciativas y los talentos se liberen.
Gipuzkoa es una tierra en la que abundan árboles centenarios. Árboles que para crecer han tenido que estar bien arraigados. Las empresas para poder crear riqueza y puestos de trabajo también tienen que estar bien arraigadas, sólo así se desarrollan. Para ello lo primero que necesitan es tierra favorable, un terreno competitivo.
Pero esto no es suficiente. Un terreno fértil en un clima polar no funciona. Por tanto, debemos también paralelamente crear un clima de confianza, con el fin de devolver a los inversores, tanto los de casa como los de fuera, a los empresarios guipuzcoanos o extranjeros, la estabilidad, claridad y serenidad necesaria, así como una manera de hacer empresa compartida.
Muchas gracias