Intervención del Presidente de Adegi en la clausura del Día de la Empresa 5 de Junio 2015
05/06/2015
Lehendakari Jauna, agintari, enpresari lagunok, jaun – andreok ongi etorriak
Bienvenidos todos a este acto de clausura del Día de la Empresa.
La Asamblea General de Adegi, que hemos celebrado esta mañana, me ha reelegido para un nuevo mandato de tres años. Quiero empezar mi intervención, agradeciendo a los empresarios de Gipuzkoa la confianza que han depositado en mí para que les represente los próximos tres años.
Estar seguros de que trabajaré con más fuerza si cabe en la defensa y promoción de la empresa y de los empresarios guipuzcoanos. Sin vuestra contribución, Gipuzkoa no hubiera alcanzado las cotas de bienestar que ha alcanzado, porque, no olvidademos que el 85% de los guipuzcoanos que trabajan lo hace en empresas privadas y que el 90% del valor añadido que se crea viene de la mano del sector privado.
Además, el 75% de los trabajadores guipuzcoanos tienen contrato indefinido frente al 65% de 1998, es decir, la proporción de contratos indefinidos sobre el total de contratos es 10 puntos mayor que hace 17 años y el 85% de los trabajadores trabaja a jornada completa.
En tercer lugar, los salarios se doblaron en el periodo 1995- 2013 y han aumentado su poder adquisitivo en 30 puntos al crecer por encima de la inflación. Y como es bien sabido, los empleados guipuzcoanos trabajaron de media 40 horas menos que los trabajadores del conjunto del Estado, en dicho periodo.
Por último, Gipuzkoa tiene una renta per cápita de 32.500 euros, que está por encima de la media de la Unión Europea.
Son cifras que he querido recordar al inicio de mi intervención, porque reflejan mejor que cualquier discurso de qué estamos hablando cuando hablamos del valor social de la empresa, cuando decimos a más empresa más empleo. Además empleo de calidad, porque como he indicado la inmensa mayoría de los trabajadores guipuzcoanos tienen contratos indefinidos, a tiempo completo, los salarios más altos del Estado y las jornadas más bajas, y una renta per cápita por encima de la media de la UE.
Obviamente no es toda la realidad. También tenemos una tasa de paro que si bien es de las más bajas del estado está por encima de la media de la UE. Como también tenemos una parte de la población que pasa serias dificultades. No nos olvidamos de ellos, la hay que atenderle, pero para ello tenemos que crear riqueza y empleo.
Ambicionamos una Gipuzkoa, con el menor paro posible y con la mayor cohesión social alcanzable, y con una renta per cápita que nos sitúe en los puestos de cabeza de la UE. Pero eso no cae del cielo como la lluvia. Para ello necesitaremos políticas bien orientadas que favorezcan la actividad económica y empresarial generadora de genera riqueza social y empleo.
Adegi presentó ayer la encuesta que realiza a las empresas para conocer cuál es su situación y las perspectivas de futuro. Según los resultados de dicha encuesta, la confianza empresarial se mantiene en máximos, continúa le evolución creciente de las ventas tanto interiores como exteriores aunque a menor ritmo y las carteras de pedidos aceleran moderadamente su ritmo de crecimiento.
En relación con el empleo, el 64% de las empresas prevé mantener el nivel de empleo y el 27% aumentarlo. La extrapolación de estos datos al conjunto de Gipuzkoa, supondría que las empresas esperan una creación neta de empleo de unos 7.000 puestos de trabajo hasta final de año.
Un dato a destacar es la cada vez mayor desigualdad en la evolución de las empresas en función del tamaño. Así, en general, son las empresas de menos de 40 trabajadores las que ofrecen peores datos en cuanto a la evolución de las ventas, los pedidos, la utilización de la capacidad productiva o la financiación. A la vista de estos datos, tenemos que redoblar los esfuerzos para que las pequeñas empresas no se queden atrás en esta incipiente recuperación.
El resultado de la encuesta refleja, como no podía se de otra forma, el contexto económico en el que desarrollan su actividad. 2014 fue un año de transición, con un ritmo de avance del PIB creciente y con creación neta de empleo y el inicio de de 2015 está siendo más moderado. En cualquier caso, podemos afirmar que el crecimiento ha vuelto y que la economía guipuzcoana vuelve a crecer.
No cabe duda de que la depreciación del euro, unos tipos de interés y una prima de riesgo en mínimos, la intensa caída del precio del petróleo o la contención generalizada de precios, son factores que están produciendo una serie de cambios positivos en el entorno económico. Todo parece indicar que dichos factores van a permanecer durante este año y van a impulsar nuestro crecimiento a lo largo de 2015, situándonos ante uno de los mejores entornos de la última década
Ahora bien, cada vez son mayores las incertidumbres derivadas de la geopolítica o de la evolución de los diferentes mercados internacionales como consecuencia de la globalización. Es por ello que el contenido optimismo de 2015 debe ir acompañado de un sano escepticismo fruto de las importantes incógnitas respecto de la consistencia y sostenibilidad del crecimiento más allá de 2015.
Y por supuesto, no podemos olvidar ni obviar que hemos vivido seis años de persistente destrucción de tejido productivo y del empleo y una caída de la producción industrial de hasta 35 puntos que nos va a costar recuperar.
La recuperación del tejido productivo y del empleo es un gran reto que tenemos como territorio y como país. Los empresarios guipuzcoanos estamos convencidos que para superar ese reto necesitamos más empresa, sólo así habrá más empleo. Favorecer la actividad de las empresas, es decir, de los empresarios y trabajadores que las integran, es la mejor política social que podemos poner en marcha, nuestra mayor contribución social, nuestra mejor aportación a la cohesión social del territorio y del país.
Pero las empresas, como todo tipo de actividad económica para mantenerse, para progresar y crear empleo tienen que ser competitivas y rentables lo que cada vez es más difícil en unos mercados complejos y globalizados que nos obligan a desarrollar productos y servicios de alto valor añadido, atraer talento y tener la dimensión adecuada para competir con garantías en todo el mundo. Sin un tejido productivo competitivo y fuerte, no hay futuro.
Es por ello, que el futuro de Gipuzkoa pasa por sus personas, por las empresas, por la industria avanzada, por la investigación de primer nivel, por centros tecnológicos punteros y por un sistema educativo excelente. Para que las empresas guipuzcoanas y Gipuzkoa avancen tenemos que conseguir que estos elementos estén conectados e integrados. En definitiva, debemos impulsar un ecosistema favorable a la competitividad empresarial.
Ahora bien, el futuro de Gipuzkoa pasa también en buena medida por sus empresarios. Desde Adegi siempre hemos insistido en la defensa de la empresa y del empresario de una manera firme, porque sin los empresarios y sus empresas Gipuzkoa no tendría el empleo y la riqueza que tiene
Recientemente he tenido ocasión de leer las impresiones de un periodista, sindicalista y socialista francés que acompañó a Ignacio Zuloaga a Eibar, en 1912. Esto es lo que escribió:
“«Me ha sido imposible distinguir al obrero del patrón, con empresas en las que empresarios y trabajadores conviven juntos, en un clima de igualdad. Ante mi extrañeza, un dueño de empresa, me explicó sencillamente: ‘trabajamos todos, luego todos somos iguales. En Eibar el trabajo es religión. »
Creo que estas últimas décadas ha habido un distanciamiento del sentido de pertenencia de los trabajadores a la empresa. Hasta el punto que superar el binomio empresario/trabajador en clave de enfrentamiento rompiendo la dinámica de antagonismo y enfrentamiento entre unos y otros, incrementando la confianza, es el primer reto que asumimos los empresarios guipuzcoanos en nuestras reflexiones estratégicas.
Así, la confianza entre las partes que conforman el proyecto empresarial, es el pilar sobre el que se asienta la Nueva Cultura de Empresa que estamos impulsando desde Adegi el último año y medio. La confianza es necesaria e imprescindible para la competitividad de las empresas. El conflicto, el enfrentamiento, las dinámicas de antagonismo son perjudiciales para todos.
Esta nueva cultura basada en informar con más transparencia, comunicando más y favoreciendo la participación de los trabajadores en la gestión y/o en los resultados, está llevando allí donde de aplica, a dotar de mayor estabilidad a las organizaciones y a lograr una mayor competitividad, y a hacer realidad que haya más empresa, y por consiguiente, más empleo.
No obstante, no nos llamemos a engaño, no es fácil y quienes tenemos que dar el paso somos nosotros, los empresarios. A veces no nos entienden, construir la confianza no es labor de un día y esto no es una varita mágica que resuelve los problemas de repente. El camino que hemos iniciado será largo y no tiene vuelta atrás.
Pero, a la vista de la experiencia de muchas empresas la Nueva Cultura da estabilidad a las organizaciones y donde se ha implantado hay mayor cohesión, mejora la competitividad y en consecuencia, la sostenibilidad del proyecto empresarial en el tiempo.
Gipuzkoa es una tierra en la que abundan árboles centenarios. Árboles que para crecer han tenido que estar bien arraigados. Las empresas para poder crear riqueza y puestos de trabajo también tiene que estar arraigadas, sólo así se desarrollarán. Para ello lo primero que se necesita es tierra fértil.
Pero esto no es suficiente. Un terreno fértil en un clima polar no funciona. Por tanto, debemos también paralelamente crear un entorno favorable, en definitiva un clima de confianza, con el fin de devolver a los inversores, tanto a los de casa como a los de fuera, la estabilidad, claridad y serenidad, que estimule e ilusione a la empresa.
A las administraciones que defienden que la empresa es motor del empleo, el bienestar y la riqueza les agradecemos el apoyo. En este sentido, estamos seguros, lo han proclamado en la campaña, que quienes integren el nuevo gobierno foral de Gipuzkoa trabajarán para recuperar este clima de confianza.
En las cartas que en 1748 el filósofo inglés David Hume envió a su hermano, mostraba gran admiración por los habitantes de un territorio que según decía estaba fraccionado en 1.000 unidades políticas, para añadir: "son muy trabajadores y honrados, si estuvieran unidos, serían el mayor poder que ha habido nunca en la tierra". Aquel territorio es Alemania, que ya vemos hasta qué cotas de bienestar y cohesión social ha llegado.
Salvando las distancias podríamos decir que en Gipuzkoa, unidos, las empresas, los trabajadores, las administraciones y la sociedad en su conjunto, alineados tras un objetivo común y compartido, alcanzaremos cotas de bienestar inigualables.
Estoy convencido de que con coraje, determinación, confianza e ilusión, juntos tendremos éxito y construiremos una Gipuzkoa ganadora para todos los guipuzcoanos.
Una Gipuzkoa innovadora, investigadora, inversora y exportadora. Una Gipuzkoa, que ha encontrado el camino del crecimiento, e idealmente el pleno empleo. Una Gipuzkoa orgullosa de nuevo de sí misma. Una Gipuzkoa, donde les merezca la pena vivir, emprender y trabajar a nuestros hijos y nietos.
Los empresarios guipuzcoanos pondremos todo nuestro esfuerzo, tenacidad y empeño en ello.
Itxaropenez beteta…Aurrera Gipuzkoa!!!!. Mila esker.