«En esta empresa por cada1% más de beneficio todos cobran un1% más»
02/02/2014
De pequeño le gustaba fabricar videojuegos y desmontar maquinitas. De mayor, ha creado una empresa informática puntera en el mundo. Ricardo González, Director General de Spyro, eligió Donostia para hacerlo
«Es muy duro que reinviertas todo tu dinero en la empresa y ahora te sacudan por ello: haberlo dicho antes»
«Tengo dos hijos de 13 y 16 años y yo creo que aún no saben lo que hago aquí cada día», bromea Ricardo González mientras muestra lo que parece ser un despacho ocupado por una enorme araña de cables. Y lo cierto es que no es fácil de explicar.
Si esto fuera un cómic y no una entrevista podríamos decir que Ricardo González fabrica superpoderes. Imagine por un momento que usted es empresario y tiene una varita mágica con la que es capaz dematerializar su empresa ante sus ojos para ver lo que ocurre en ella en cualquier momento y desde cualquier lugar y obtener información sobre lo que debería o no debería hacer con sus recursos. Pues esto es, en pocas palabras, lo que ofrece la compañía Spyro, de Donostia: un software de gestión empresarial (ERP) complementado con el llamado ‘ business intelligent’. La diferencia con el empresario imaginario es que el real no necesita superpoderes, con su móvil o una tablet le valdría.
– Para dedicarse a esto le tiene que haber gustado desde siempre la electrónica y la informática.
– Desde que era pequeño. Cuando aún no había videojuegos fabriqué uno de ositos que disparaban a camiones. Me interesaban las maquinitas, los aparatos, los chips... Y tengo que reconocer que fui capaz de ver la tremenda aportación de mejora que podía dar a las empresas lo que se puede hacer con un software.
De padres leoneses y nacido en Argentina, Ricardo aterrizó en San Sebastián con veinte años y hoy, casi 30 después, casado y padre de dos chicos, aquí sigue. Habla con cariño de sus primeros años en la capital guipuzcoana, de lo mucho que le gustó cuando vino a visitar a su tío durante un viaje que realizó por Europa al finalizar sus estudios y de cómo éste le presentó a una persona que quería vender ordenadores colocándole así en la casilla de salida de la que sería su aventura empresarial.
Tras cinco años «maratonianos» haciendo trabajos informáticos para empresas y con un boca a boca a favor que les ayudó a ir creciendo, pasaron de dos a cuatro socios, y de aquí a cinco hasta formar una cooperativa. Apartir de ahí, fueron sumando personas hasta dar el salto a convertirse en una sociedad.
– Y hoy tiene una plantilla de unas sesenta personas. Como se suele decir ahora, digamos que pasó de emprendedor a empresario...
– Sí, aunque no entiendo muy bien el salto que se da de uno a otro. Emprendedor suena muy bien, empresario suena… no sé ‘a ese avaro del puro, ¿no?’ (ríe). No comprendo bien en qué momento se da ese cambio, todos somos emprendedores. Yo estoy orgulloso de serlo, igual que lo he estado de ser trabajador en relación de dependencia… Pero no he hecho nada reprochable por lo que no pueda decir con la boca grande que soy empresario. ¿Por lo que he podido generar de riqueza? No sé, tengo la hipoteca de mi casa y todo el dinero está en esta empresa. Por eso no entiendo el nuevo impuesto que penaliza a los empresarios.
–Vaya, pronto le hinca el diente a un asunto espinoso. ¿Discrepa del nuevo impuesto de la riqueza de Gipuzkoa que computa como patrimonio personal del empresario sus participaciones en la empresa?
– Es que el mensaje que se lanza con este impuesto es muy duro. Al final lo que viene a decir es que ‘como tengas dinero en la empresa te voy a sacudir’. Yresulta incomprensible. ‘¿No quieres que yo reinvierta en la empresa? Ojalá me lo hubieras dicho antes’, te dan ganas de decir. La inmensa mayoría de esta empresa se fue generando por reinvertir. Es verdad que los clientes están dispuestos a pagarnos por nuestros servicios, pero de lo que nos pagan hay un 15% que se va a pagar a los proveedores y un75% que son nuestros propios salarios. Después otro5% se destina a consultores y un 5%-10% es lo que los inversores pretendemos o nos planteamos como objetivo anual el llegar a ganar y para lo cual arriesgamos todo lo que arriesgamos. Es un retorno. A lo que voy es a que la inmensa mayoría de la riqueza de lo que factura una empresa se reparte entre personas en el territorio.
– Usted y su empresa han recibido premios hasta de Emakunde. ¿Me lo explica?
– Aplicamos en todo la filosofía ganar-ganar. Hace 15 años empezamos a implantar una forma de trabajo por la que todos tienen que salir ganando: la empresa y los trabajadores, la empresa y los clientes, la empresa y la sociedad... Formamos equipos de trabajo que planifican el año en curso y también participan los clientes, que aportan sus ideas de mejora y conlos que realizamos comités anuales. La participación alcanza el punto de que, de cada euro que gana la empresa, una parte es del que trabaja. Hay remuneración variable al 100% de la plantilla desde hace muchos años, de hecho este año he podido anunciar una paga extra adicional por los buenos resultados conseguidos entre todos, y apostamos por la flexibilidad en el trabajo.
– ¿Por ejemplo?
– Ahora que hay más encargos trabajamos más y después, que hay un valle, menos. Podría ser un ejemplo general pero los hay individuales.
– Parece arriesgado. ¿La gente no se aprovecha del sistema?
– No. Además, en una empresa de cincuenta personas si uno no tira del carro supone un 2%.
– Explíquese.
– Por cada 1% más de beneficio en la empresa todo el mundo se lleva un 1% más de salario. Con lo que si una persona de cincuenta no está rindiendo y los compañeros incluso lo saben, es que esa persona está costando el 2% del salario de todos.
– Si ya es difícil desconectar del trabajo para cualquiera, ¿rodeado tecnología punta lo consigue?
– Los primeros cinco años fueron de mucho trabajo, pero por suerte fuimos mejorando y a día de hoy de lunes a jueves tengo una intensidad clásica de doce horas diarias, pero los viernes he conseguido reducir a siete horas y, sinceramente, meha cambiado la vida. Que pueda hacer una escapada de fin de semana saliendo el viernes a las tres de la tarde me parecen vacaciones.
–¿Pero apaga el móvil?
– Lo tengo encendido 24 horas, pero la gente es muy respetuosa.
– La verdad que se le ve contento con lo que hace. ¿A usted la crisis no le pone cara mustia?
– Es que estoy muy ilusionado con el proyecto. La verdad es que cada año veo el siguiente conmucho optimismo, me emociono y digo ‘¡¡este año es buenísimo!!’ ¡vamos a llegar a México, Colombia, Venezuela, y va a ser la consolidación del Touch! La gente que me conoce dice ‘ya está este Ricardo con lo mismo…’, pero es que siempre tengo ilusión