Intervención de Pello Guibelalde en la Presentación del convenio de Adegi con EDP, 3 de julio 2014
03/07/2014
Egunon,
Bienvenidos a Adegi y gracias por acompañarnos hoy en esta jornada que celebramos con ocasión de la firma del convenio de colaboración entre Adegi y EDP para el desarrollo del programa “SAVE: To Compete”, de Apoyo a la Implementación de Proyectos de Eficiencia Energética en las empresas de Gipuzkoa.
Antes de que los expertos que nos acompañan profundicen en los temas que van a abordar, me van a permitir que como empresario y presidente de Adegi, aproveche estas palabras iniciales en esta jornada para compartir con ustedes unas breves reflexiones, sobre empresa, competitividad, costes energéticos y el convenio que hemos firmado.
Ya es un lugar común decir que vivimos un cambio de época. El mismo que caracteriza por la rapidez y aceleración del cambio; por ser una época en la que la incertidumbre es la única certeza y en la que la complejidad y la globalización han venido para quedarse. Este cambio se ha dado en paralelo a una dura crisis, una de las mayores que hemos conocido.
En esta dura crisis hemos aprendido que las áreas más competitivas del mundo, los países que se están recuperando más rápidamente de la crisis financiera global son aquellos que cuentan con una economía basada en una industria competitiva en los mercados globales. En esta nueva época, en un escenario global, seguimos necesitando empresas industriales competitivas y rentables, si queremos mantener el empleo y el bienestar las personas, las que verdaderamente importan.
Las empresas hacemos frente al reto de la competitividad a diario y hay que decir que cada vez es más difícil superar ese reto. En el caso de la industria al estar abierta a la competencia internacional dicho reto es todavía más complicado. Cada vez son menos los elementos que podemos controlar: la tecnología, las infraestructuras, los costes laborales o algunos elementos de la fiscalidad, pero en la mayoría de los casos tenemos que acomodarnos a elementos decididos desde instancias cada vez más alejadas, como los precios de los inputs o de nuestros productos.
Uno de los inputs más relevantes de la industria es la energía, un elemento esencial y necesario para la actividad de las empresas, que juega un papel básico entre los costes de explotación y finalmente en el precio de los productos que fabricamos.
Entre estos costes energéticos está el de la electricidad, en los que tenemos una muy escasa influencia y donde al parecer, los costes de producción y la formación de los precios de electricidad están bastante alejados.
En este ámbito energético, las decisiones y las inversiones realizadas en la pasada década están condicionando nuestro desarrollo actual. El sector tiene que afrontar ciertos problemas básicos y solventar algunos desequilibrios fundamentales, tanto económicos como de oferta y demanda. También el papel de regulador del Gobierno tiene unos retos importantes: debe establecer una facturación clara, equitativa y que promueva entre los diversos consumidores, sean hogares o empresas, un consumo eficiente.
Sin embargo, desde el año 2005 se tomó un camino de crecimiento de las primas al régimen especial que no han hecho más que aumentar un déficit de tarifa que se va acercando a los 30.000 millones de euros. En los cuatro primeros meses de este año el déficit de tarifa del sistema eléctrico aumentó hasta los 2.684 millones de euros, lo que supone un alza del 40% con respecto al mismo periodo de 2013, según los datos que ha publicado la CNMC.
Este aumento incontrolado supone una presión alcista sobre los mal llamados peajes de acceso y finalmente en los precios de la energía, que justa o injustamente paga en su mayor medida la industria. Y más injustamente la industria de Euskadi por unas tarifas que nos penalizan sin ninguna razón técnica que lo justifique, la famosa la discriminación de los niveles de tensión, de la 6.1 y la 6.2 para la mayoría de las empresas que está ubicadas en Euskadi, que están pagando un 75% más que una empresa de otra región simplemente por conectarse a la red en alta.
Así, y como consecuencia de esta reforma energética impulsada por el Gobierno, nuestra industria está observando un incremento en la factura de sus costes que, según estudios realizados por el EVE, para un 60% de las industrias vascas al aumento alcanzaba el 20%, y para el 10% de las empresas el aumento llegaba hasta el 50%, y que nos alejan cada vez más ya no sólo de los competidores americanos o asiáticos sino incluso de nuestros vecinos europeos.
Oímos hablar continuamente a los responsables económicos de la necesidad de impulsar la reindustrialización del Estado, la importancia de contar con una estructura industrial fuerte. Pero, ¿cómo va a competir nuestra industria si las medidas energéticas que se adoptan provocan un deterioro de nuestra competitividad, que nos lleva a estar en peores condiciones que nuestros competidores?. Curios manera, ésta, de favorecer a la industria que tan importante decimos que es.
¿Por qué si hay países de la UE que ponen en marcha acciones de apoyo a la industria para abaratar costes energéticos, España no lo hace?
En este contexto en el que las empresas tenemos escasas opciones para minimizar la subida de sus costes energéticos, la única defensa posible es la gestión del consumo dentro de las empresas y la implantación de medidas de ahorro y eficiencia energética.
Pero para lograr este ahorro mediante el uso de tecnologías de alta eficiencia energética se requieren de inversiones importantes que permitan sustituir equipamientos por otros de menor consumo como pueden ser calderas más eficientes, hornos industriales de alta eficiencia, etc, y como todos sabemos, no está el momento ni económico ni financiero como para realizar grandes inversiones.
Confiamos que el programa “Save To Compete” que hoy presentamos y del que se van a poder beneficiar las empresas de Gipuzkoa gracias al convenio de colaboración suscrito por Adegi y EDP, permita aumentar la competitividad de nuestras empresas mediante medidas de eficiencia energética financiados mediante los ahorros que se producen.
Muchas gracias