Envejecimiento y salud laboral. ArtÃculo técnico PRL
Son muchas las empresas en las que la mayoría de las personas que las componen superan ya los 45, los 50 o los 55 años; empresas en las que no existe o no está previsto o no se ha planteado en qué puede afectar esta situación a la actividad. Esta es una realidad que las organizaciones deben de afrontar desde diferentes ángulos.
En este artículo se pretende abordar el asunto del envejecimiento desde el punto de vista de la seguridad y salud, es decir desde el punto de vista de la prevención de riesgos laborales y principalmente desde la especialidad preventiva de Ergonomía.
Son pocas las empresas que disponen de políticas y sistemas organizativos que permitan diseñar puestos de trabajo adecuados a las capacidades funcionales y así configurar puestos que faciliten la evolución funcional de las personas trabajadoras contemplando situaciones de menor capacidad (incluida la pérdida de capacidades por la edad).
1.POR DÓNDE EMPEZAR
Para abordar este asunto con responsabilidad lo primero que se debe de tener en cuenta en las organizaciones, a la hora de planificar las evaluaciones de riesgos desde el punto de vista de la ergonomía, es la realización de un análisis de cada persona que ocupa cada puesto de trabajo teniendo en cuenta sus capacidades. Para ello se deberán analizar y evaluar las diferentes situaciones; deberán participar de forma activa todas las personas implicadas y de forma especial las personas trabajadoras de mayor edad; se deberán buscar soluciones desde diferentes ángulos (punto de vista médico, técnico ergonomista, productivo, etc.); y se deben evitar soluciones muy específicas o “parches”. Pero todo esto, aunque parezca mucho, será insuficiente si no se realiza un “plan Integral de envejecimiento activo en el trabajo”.
2.PLAN INTEGRAL DE ENVEJECIMIENTO ACTIVO EN EL TRABAJO
El plan integral de envejecimiento activo en el trabajo deberá contemplar aspectos que van mucho más allá de la ergonomía, ya que la ergonomía en el puesto de trabajo es una parte de un todo que es la salud de las personas trabajadoras a lo largo de su vida profesional. Por lo tanto, el citado Plan Integran de envejecimiento activo contemplará aspectos tales como:
- Promoción de la Salud: Alimentación, alcohol, ejercicio, sueño, tabaco…
- Mantenimiento de las competencia profesional: formación en el puesto de trabajo, aprovechar la experiencia…
- Motivación, respeto, confianza, información y participación.
- Evolución de los riesgos teniendo en cuenta los mismos a lo largo de la vida profesional.
- Plan de carrera/vida que contemple la transición hacia la jubilación.
- Actuación.
- En el entorno de trabajo: Ergonomía y adaptación de puestos.
- Organización: tiempos de trabajo, turnos y distribución/selección de tareas.
- Etc.
3.EVALUACIÓN DE RIESGOS
Teniendo en cuenta estos aspectos es cuando debemos centraremos en el método de evaluación de riesgos ergonómicos. Es decir, cuando se realicen las evaluaciones ergonómicas, se tendrán en cuenta los principios del plan integral de envejecimiento activo y con ello, entre otras acciones, se hará hincapié en aspectos, por ejemplo, tales como la influencia de la edad en los riesgos por trastornos musculo-esqueléticos:
- Mayor incidencia de dichos trastornos en personas mayores.
- Dificultad de discernir entre los efectos de la edad y los de la antigüedad laboral por exposición continuada a los riesgos.
Hay que tener en cuenta la importancia de la elección del método de evaluación ergonómica ya que no en todos los métodos que se utilizan se contempla el factor corrector para las personas mayores. Es por ello que además de elegir un método que lo contemple, aunque necesario, no será suficiente ya que también habrá que tener en cuenta las características de cada persona de cada puesto y con ello poder aplicar metodologías de ajuste con las que se pueda determinar cuál es la relación que existe entre la demanda del trabajo y la capacidad de la persona trabajadora (desajustes). Para ello habrá que valorar si la persona trabajadora está capacitada para realizar una determinada tarea. Además se deberán identificar los aspectos del trabajo que deberían mejorar para facilitar la realización de las tareas a personas más mayores.
Por último el método de evaluación deberá de permitirnos identificar las condiciones de trabajo, principalmente las ergonómicas pero sin olvidar los aspectos organizativos o de gestión que puedan implicar problemas para las personas trabajadoras mayores.
4.CONCLUSIONES
Con la puesta en marcha del “plan integral de envejecimiento activo en el trabajo” en las organizaciones y realizando la evaluación de riesgos teniendo en cuenta el citado plan se conseguirá que dicha evaluación de riesgos sea completa, adecuada, eficiente, actualizada y adaptada y adaptable a cada situación personal.
Además se revisará continuamente el estado de la evaluación de riesgos y las medidas propuestas teniendo en cuenta todos los aspectos cambiantes de las personas a lo largo de su vida laboral y se podrá realizar una planificación y unas medidas personalizadas teniendo en cuenta las características personales actuales y futuras de cada persona de la organización.
Juantxo Revilla
Gerente de Cei Servicio de Prevención
“El contenido de esta publicación es responsabilidad exclusiva de la entidad ejecutante y no refleja necesariamente la opinión de la Fundación Estatal para la Prevención de Riesgos Laborales, F.S.P.”.