COYUNTURA ECONÓMICA DE GIPUZKOA-Mayo 2020: De la crisis sanitaria a la crisis económica
Resumen ejecutivo
De la crisis sanitaria a la crisis económica
La economía de Gipuzkoa entra en recesión como consecuencia del parón de actividad y en 2020 podría caer entre un -7% y un -10%. La recuperación podría llegar en un año o menos.
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Desde 2019 la economía venía mostrando una suave desaceleración, pero sin grandes desequilibrios endógenos, por lo que para 2020 esperábamos un crecimiento en el entorno del +1,6%. Sin embargo, las medidas aplicadas para el control de la pandemia por la Covid-19 han devenido en una crisis sin precedentes, tanto por su origen como por el inédito cierre forzoso de ciertas actividades (las más expuestas al público), de todas las no esenciales entre en el 30 de marzo y el 9 de abril.
En una primera encuesta realizada en marzo a las empresas industriales asociadas, cuando todavía la crisis sanitaria no había estallado en España, se apuntaba fundamentalmente una reducción moderada de su nivel de pedidos. Sin embargo, en una segunda encuesta realizada a comienzos de mes de abril, en pleno periodo de cierre de las actividades no esenciales, 7 de cada 10 empresas señalaban tener total o parcialmente paralizada su actividad. Entre las que señalaban una actividad normal, muchas lo lograban gracias al teletrabajo. Una vez superado el periodo de cierre de las actividades no esenciales, en una tercera encuesta, el número de empresas que señalaban tener su actividad total o parcialmente paralizada se moderaba a 4 de cada 10, aunque eran casi 9 de cada 10 en la hostelería, comercio y reparación de vehículos.
A pesar de lo repentino y severo de las limitaciones a la actividad económica, las empresas han realizado un importante esfuerzo por el mantenimiento del empleo y han recurrido mayoritariamente a los llamados ERTEs. En este contexto, se han llegado a presentar en Gipuzkoa 9.365 expedientes de regulación de empleo (47% de las empresas con trabajadores por cuenta ajena) que han afectado a un total de 63.656 personas trabajadoras (más del 28% de personal asalariado en el sector privado). Esto no ha evitado, sin embargo, que el paro registrado haya sumado en sólo dos meses (marzo y abril) más de +6.000 personas paradas y alcanzado en abril niveles que no se veían desde 2016. De la misma forma, la afiliación a la Seguridad Social ha perdido cerca de -6.500 afiliados en dos meses y cerca de -4.000 respecto al año pasado, aunque es fundamentalmente la afiliación de personas con contrato indefinido la que disminuye.
No sólo se ha reducido el empleo, también el número de empleadores. Entre marzo y abril se pierden en Gipuzkoa -573 empresas cotizantes a la seguridad social (principalmente empresas pequeñas), lo que supone que en abril se contabilizan -771 menos que el año pasado. Aunque es fundamentalmente el sector servicios el que sufre gran parte de la caída, también se pierden empresas de la construcción y de la industria. Este último dato es especialmente importante porque resulta muy difícil recuperar tejido industrial, el cual suele tener un arrastre importante sobre los servicios a empresas y el dinamismo económico en general.
Las limitaciones de actividad establecidas por el estado de alarma han sido diferentes para cada sector, pero todos se han visto afectados de una forma o de otra.
El sector industrial, medido a través del índice de producción industrial caía en marzo casi un -16% respecto al mes anterior y un -12,5% respecto al año pasado, lo que acarrea una disminución durante el primer trimestre del -4,3% respecto al mismo período del año pasado. Con la excepción de las ramas más ligadas a los productos esenciales (alimentación, química, farmacia) o con periodos de maduración más largos (maquinaria y equipo), prácticamente todas las ramas muestran una evolución negativa, aunque es la rama de la metalurgia y productos metálicos la que más crecimiento resta. Cabe esperar que la disminución sea mayor en abril.
En esta línea, las exportaciones de mercancías de las empresas de Gipuzkoa acumulan durante el primer trimestre una disminución del -16,4% respecto al mismo período del año pasado. Aunque se han registrado tasas interanuales negativas cada uno de los tres primeros meses, la más abultada se registra en marzo. También las importaciones caen durante el primer trimestre, aunque menos que las exportaciones en términos absolutos (en términos relativos más), lo que se traduce en una disminución del superávit comercial cercana al -15%.
Con relación al sector de la construcción la información de la que disponemos es bastante limitada, pero si atendemos a indicador de consumo aparente de cemento para el conjunto de España parece que, tras una moderada disminución en marzo, en abril la caída ha sido significativamente mayor (cabe recordar que durante este mes se paralizaron las actividades no esenciales). El indicador de confianza del sector, sin embargo, apunta una pequeña e incipiente mejoría durante el mes de mayo.
Por lo que afecta al sector servicios, según el índice de coyuntura del sector, son la venta y reparación de vehículos, la hostelería y las actividades profesionales y técnicas las ramas que muestran caídas más abultadas respecto al año pasado. En cuanto al comercio, la disminución se produce a pesar de la evolución alcista de las ventas de productos de alimentación (esenciales), mientras que la venta del resto de productos se hunde.
En este contexto, la actividad económica ha mostrado durante el primer trimestre un severo retroceso. Aunque todavía no disponemos de datos para Gipuzkoa, para el conjunto de Euskadi las primeras estimaciones de Eustat apuntan una caída del -4,5% respecto al trimestre anterior y del -3,0% respecto al año pasado. El primer trimestre incluye apenas 17 días de estado de alarma y sólo dos días de cierre de todas las actividades no esenciales, por lo que esperamos que sea durante el segundo trimestre cuando la disminución del PIB alcance los niveles más abultados, con una caída ampliamente superior al -20%.
Sin embargo, con el proceso de desescalada iniciado en Euskadi el 11 de mayo y que previsiblemente podría traer la llamada nueva normalidad para el 22 de junio, la actividad ha comenzado a reactivarse y esperamos que continúe ganando impulso a lo largo de los próximos meses.
Resulta prácticamente imposible hacer previsiones fiables en estas circunstancias, pero hemos realizado un pequeño ejercicio de simulación que arroja una disminución del PIB de Gipuzkoa entre el -7% y el -10% para el conjunto del año. Tras la disminución registrada durante el primer trimestre, los peores resultados se obtendrán durante el segundo, pero esperamos un importante rebote para el tercer trimestre y que se mantenga la evolución alcista durante el cuarto.
Estos resultados no difieren mucho de los que diferentes organismos están dando para el conjunto de España. Entre las más recientes, la Comisión Europea apunta una disminución del -9,4% en 2020 con un repunte en 2021 del +7,0%. En el caso de BBVA sus previsiones son del -8,0% y el +5,7% respectivamente, mientras que la AIReF establece dos escenarios: en el más optimista la caída de 2020 sería del -8,9% y el crecimiento de 2021 del +4,6%, y en el más pesimista los resultados sería del -11,7% y el +5,8% respectivamente.
Al igual que España, todas las economías se están viendo afectadas en mayor o menor medida por la pandemia y muy especialmente las europeas. En este contexto, la economía mundial podría caer en 2020 por primera vez desde 2009, aunque se espera que rebote con fuerza en 2021.
La última encuesta de coyuntura realizada a las empresas las asociadas, abunda sobre este mismo diagnóstico:
- El 74% de las empresas consideran que el mercado se encuentra en recesión, el nivel más alto desde abril de 2009.
- Durante el primer cuatrimestre la facturación de las empresas disminuye un -21%; -23% en el mercado interior y -16,5% en el mercado exterior.
- Casi el 76% consideran que tienen un nivel de pedidos débil.
- La utilización de la capacidad productiva cae hasta el 58%; el nivel más bajo registrado.
- El 46% de las empresas consideran su nivel de empleo excesivo y el 34,5% prevén disminuirlo.
- Se podrían perder unos -12.000 empleos asalariados privados.
- Las empresas están especialmente preocupadas por la debilidad económica.
- El 65% de las empresas espera que la economía se recupere en un año o menos.
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