COYUNTURA ECONÓMICA DE GIPUZKOA-Febrero de 2023: Desaceleración del crecimiento de la economÃa y del empleo de Gipuzkoa.
Resumen ejecutivo
Desaceleración del crecimiento de la economía y del empleo de Gipuzkoa.
La economía de Gipuzkoa creció en 2022 más de un 4% respecto al año anterior, sin embargo, no logró recuperar todavía el nivel de 2019 (-1% por debajo). No obstante, sólo en 2022 se registró un nivel de actividad superior al de 2022.
A pesar del inicio de la guerra en Ucrania en febrero, del paro del transporte en marzo y de todos los problemas de suministro y costes de las materias primas, de la energía, y de algunos componentes electrónicos, entre otros, la economía del territorio mostró un gran dinamismo durante el primer semestre, con crecimientos inter-trimestrales por encima del 1% y un crecimiento respecto al semestre anterior en el entorno del 2,3%.
Durante el tercer trimestre, sin embargo, la actividad económica cayó respecto al trimestre anterior, como consecuencia, en gran medida, de la evolución negativa de la industria y de las exportaciones. Aunque todavía no disponemos de los últimos datos de PIB para Gipuzkoa, todo apunta a que, durante el cuarto trimestre, la actividad económica del territorio rebotó, nuevamente de la mano de la industria y según apuntan los datos de los que disponemos hasta ahora, también de las exportaciones. En cualquier caso, el crecimiento respecto al primer semestre se situaría en el entorno del +0,5%, lo que supone una significativa desaceleración.
Esta desaceleración del segundo semestre también la hemos visto en el empleo, que a pesar de ello siguió batiendo récords, con niveles de afiliación nunca antes vistos, especialmente en el caso de la afiliación de personas asalariadas con contrato indefinido. En 2022 se mostró especialmente dinámica a la afiliación en los servicios de mercado, mientras que la industria fue el único sector que no logró recuperar los niveles de afiliación de 2019.
Para 2023 el nivel de incertidumbre se mantiene muy alto, con un escenario especialmente complejo y difícil de valorar por la coincidencia de importantes riesgos a la baja, con la inesperada resiliencia mostrada por la actividad y sobre todo por el empleo. Entre los riesgos a la baja, la inflación se mantiene como uno de los principales factores de preocupación, a pesar de que gracias a cierta contención de los precios de la energía y de las materias primas, podría haber tocado techo. Derivada de esta alta inflación surge otro de los factores que van a determinar el desempeño de la actividad, el endurecimiento de la política monetaria, con fuertes subidas de tipos de interés y la reducción de los balances de los bancos centrales, que ya están empezando a generar un endurecimiento de las condiciones de crédito y financieras y cierto repunte en las primas de riesgo de la deuda soberana. No podemos dejar de señalar, nuevamente, la guerra de Rusia en Ucrania, que más allá del desastre humanitario que supone, se encuentra en la raíz de muchos de los problemas a los que hoy por hoy se enfrenta la economía internacional, en especial los ligados al abastecimiento de energía y materias primas. En este ámbito, entre los factores positivos cabe destacar que gracias a un invierno más templado de lo habitual y las reservas de gas acumuladas a lo largo del verano y del otoño, el potencial riesgo de racionamiento energético en los países del centro y del norte de Europa no se ha materializado para este invierno, aunque persiste para el invierno que viene. Entre los factores positivos cabe destacar, también, el mercado laboral, con un nivel récord de empleo, lo que supone que un mayor número de personas tienen ingresos laborales, que unidos al ahorro acumulado en la época de pandemia y los paquetes de ayuda implementados por los gobiernos, están ayudando a los hogares a sobrellevar algo mejor el impacto de la inflación en su capacidad adquisitiva y las mayores restricciones crediticias.
En este contexto, esperamos que la economía de Gipuzkoa continúe creciendo, aunque a un ritmo más moderado que los años previos. El crecimiento de 2023 podría situarse en una banda entre el +0,5% y el +2,0%, con una estimación central del +1,2%, aunque como ya hemos señalado anteriormente, estas estimaciones están sujetas a una incertidumbre mayor de lo habitual. En paralelo, en 2023 podría continuar la creación de empleo, aunque, también, a un ritmo menor que los años precedentes. De esta forma, en 2023 podrían crearse entre 2.000 y 2.500 empleos asalariados netos repartidos entre todos los sectores, aunque con especial fortaleza de algunos de los servicios empresariales.
Los resultados obtenidos en la Encuesta sobre Coyuntura Económica realizada a las empresas durante el mes de enero apuntan en la misma línea:
- Factores de preocupación: el abastecimiento y precio de las materias primas y de la energía, los elevados costes laborales y salariales (alcanza niveles récord) la dificultad para contratar personal cualificado y la preocupación por el descenso de la rentabilidad de las ventas, principales factores de preocupación de las empresas.
- El 93% de las empresas prevén mantener o aumentar su plantilla.
- Repunta levemente la confianza empresarial, aunque sin alcanzar los niveles del año pasado. El 86% de las empresas consideran que la situación del mercado es de normalidad o reactivación. De cara a los próximos meses la confianza de las empresas se mantiene en niveles similares a los actuales.
- Durante los últimos tres meses de 2022 la facturación media en términos de precios nominales aumentó un +5,8% respecto al trimestre anterior, gracias en gran medida al rebote mostrado por la industria metálica de la mano del mercado exterior y del crecimiento de los precios.
- El nivel de pedidos aumenta un +0,8% respecto al trimestre anterior, a pesar de la disminución en la industria no metálica y en el comercio y la hostelería.
- Los costes de aprovisionamiento crecen para el 38% de las empresas,33.5 puntos menos que en septiembre y 46,5 puntos menos que en abril. De media se ha producido un incremento del 3% respecto al trimestre anterior.
- En 2022 el 87,5% de las empresas ha mantenido o aumentado sus inversiones respecto al año anterior. Las previsiones para 2023 son más pesimistas. En 2023 casi el 80% de las empresas invertirán en programas informáticos, software y bases de datos y casi el 75% en maquinaria y equipo.
Rueda de prensa. febrero 2023 (es) | Prentsaurrekoa. 2023ko otsaila (eu) |