Artículo técnico PRL: El orden y limpieza en la empresa desde un nuevo enfoque: la teoría de las ventanas rotas
Muchas veces al realizar nuestras tareas cotidianas nos encontramos con problemas que a priori pueden parecer irresolubles. Es entonces cuando resulta adecuado establecer un nuevo enfoque desde una perspectiva diferente a la habitual. Por ello, en ocasiones, teorías formuladas sobre campos completamente alejados del que tratamos, pueden ayudarnos a captar este nuevo enfoque que estamos buscando.
Este es el caso de la Teoría de las Ventanas Rotas, una teoría formulada en el campo de la criminología por el politólogo James Q. Wilson y el criminólogo George Kelling en 1982, basándose en el experimento de Philip Zimbardo de 1969. Es una teoría sobre el contagio de conductas incívicas que establece, que el crimen es el resultado del desorden, por lo que si un edificio tiene un cristal roto y no se repara, en poco tiempo, y como resultado de actos vandálicos, el resto de cristales serán sucesivamente rotos, poco a poco se acumulará basura en el entorno, y como consecuencia el edificio irá tomando un aspecto dejado, producto de la degeneración de su mantenimiento.
Lo que establece esta teoría en su fondo es que el mensaje de abandono y degeneración que transmite el edificio se implanta en la mente de las personas, y este mensaje expone que nadie cuida de él, que está abandonado.
Llevemos esta teoría al ámbito laboral, extrapolémosla a nuestra compañía: una fuga de aceite, herramientas fuera de lugar, almacenamientos temporales, etc., en principio no suponen un riesgo importante, pero sí pueden estar transmitiendo el mismo mensaje: nadie se encarga del orden y limpieza de la zona, las averías y arreglos temporales no se realizan y se acumulan. En definitiva, un sentimiento de degeneración y abandono que puede engendrar la semilla de la dejadez en la mentalidad de las personas de la empresa.
Pequeños actos pueden desembocar en consecuencias inesperadas, tanto para mal, como, por suerte, para bien. Igual que se puede sembrar una semilla negativa para la empresa, puede sembrarse también la de la cooperación y el apoyo para evitar caer en la espiral del desorden que es, en definitiva, de lo que estamos tratando.
Esta es realmente la ventaja del mantenimiento preventivo, de establecer periodos de limpieza en el puesto de trabajo, de señalizar las zonas de almacenamiento, de paso y de trabajo, y respetarlas, porque la apariencia visual de la empresa es también importante para evitar accidentes que puedan parecer banales, pero acaban aumentando la estadística de accidentalidad, y empujándola hacia un accidente más grave.
Años después de postularse la Teoría De Las Ventanas Rotas, el entonces alcalde de New York, Rudolph Giuliani, estableció basándose en esta teoría, un programa de “tolerancia cero” con las pequeñas infracciones para prevenir males mayores, que resultó ser todo un éxito. Aplicado al ámbito laboral, la “tolerancia cero” con los pequeños actos de desorden y falta de limpieza en la empresa puede llevarnos más cerca del otro “cero” que perseguimos: el del “cero accidentes”.
Marcos Morales Aizpun
Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales
IMQ Prevención, S.L.